Hay un acto sencillo, mundano y gratuito que nos reporta más beneficios que muchas terapias, es el ABRAZO. El simple hecho de recibir un abrazo nos hace sentirnos queridos, protegidos, comprendidos, reconfortados...
Abrazar es una muestra de afecto hacia otra persona y además, reporta tantos beneficios que no deberíamos escatimar en ellos, sobre todo, cuando los que los reciben son los niños.
Los ABRAZOS:
- Generan una sensación de protección y seguridad en los niños: les ayuda a sentirse seguros y a tener más confianza en sí mismos.
- Estimula la autoestima de los niños: transmiten afecto y apoyo, por lo que el niño se sentirá más seguro de sí mismo y tendrá mayor autoestima.
- Niños más felices: los abrazos activan las endorfinas, responsables de aumentar la sensación de alegría y plenitud y disminuir la de ansiedad o tristeza.
- Aporta calma: los niños sienten más tranquilidad y quietud cuando sus padres les toman entre sus brazos.
- Mejora el estado de ánimo: si el niño se siente triste o decaído, un buen abrazo le aportará apoyo, comprensión y le reconfortará.
Cómo estamos convencidos de estos beneficios tan maravillosos, todas las mañanas le damos un gran abrazo al "encargado" del dia. Disfrutamos abrazando a nuestros amigos.
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