Esta es la historia de Enrique, un niño al que le encantan los libros,
pero no como a cualquier niño pueden gustarle.
Un día, mientras tenía en
una mano una paleta y en la otra un libro, Enrique, distraídamente,
probó el libro. Notó que le gustaba, y aunque tenía sus dudas decidió
comerse primero una palabra, luego una oración y, después, una página, al cabo de un par de días se había comido un libro entero.
Inexplicablemente, el conocimiento que contenían los libros llegaba al
cerebro de Enrique, y pensó que con esto en poco tiempo podría ser la
persona más lista del mundo, pero de pronto todo empezó a complicarse...
Que buena pinta tiene esa historia!!! No lo conocía...tendré que cogerlo...mil gracias, profe.
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