Parece magia...
Si preguntamos a los niños/as si es posible caminar por encima de los huevos sin que se rompan ¿qué dirán? Pues que es imposible.
Pues vamos a demostrar qué es lo que sucede, si tienen o no razón.
Este experimento nos servirá para demostrar la distribución de la presión sobre un cuerpo dependiendo de la superficie en contacto y para saber que la cáscara de los huevos no es tan frágil como pensamos.
La cáscara del huevo tiene una forma redondeada, como los arcos de las iglesias, así se distribuye el peso de forma más eficaz. Cuando la fuerza que se ejerce es uniforme como en este caso, la cáscara no cede, pero cuando hacemos la fuerza en un sólo sitio... se rompe (cuando rompemos el huevo para cocinarlo).
Esta semana, nuestros científicos Tomasines, Álvaro y Brei, nos demostrarán qué sorprendente es este experimento...
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